palabras

Llevo en mi alma solo palabras

Llevo pensamientos que rompen esquemas

Rompen mis propias cadenas

Y liberan todo lo que un día ato mi corazón

Soy libre, libre soy.

martes, 9 de agosto de 2011



mi queria flor de ceibo

lEYENDA DEL CEIBO

Flor del CeiboCuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.

Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.

El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada por los conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera.

La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.

Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.

sin titulo

Esta noche lloro, recuerdo como pasaron algunas cosas, no son recuerdos fijos y claros en el tiempo, que daño has producido, que fantasmas tan grandes has dejado en mi. Han dolido tantas cosas, siempre se espero alguna respuesta, alguna disculpa, jamás existió nada de eso, no hay palabras ni recompensas que puedan cambiar lo que has hecho, ha sido difícil caminar con tanta culpa, con tanta rabia, con tanto dolor.

El camino ha sido estrecho, liberarme de tanta historia ha sido duro, ojala pudiera regresar y entregarte toda la carga que dejaste en mi espalda, pero hiciste de mi una gran sombra. He querido renunciar a ti y no parecerme, sin embargo las marcas que han dejado ha sido tan profundas, que muchas de mis caras se parecen a las tuyas. Ya no quiero hablar de injusticias qué sentido tiene, me paso a mí.

Tu amor a tenido tantas caras, tantos disfraces, que me siento aturdida y no se a quien creerle, quiero liberarme del peso de tus palabras y exigencias, mandarte a la mierda como tu lo mereces, tú te has creído tan grande, tan bueno, tan sólido. Veo en ti un pobre niño que jamás aprendió amar, veo en ti la tristeza de un humano que daña todo lo que toca, no ve mas que miedo y maldad.

No lamento ni un poco si mis palabras lastiman, ya no creo en tus falsas morales, en tu persistencia, no seguiré tu ejemplo ni porque sea el ultimo que consiga, no viviré de dañar a la gente.

Ya que conocerte no tuve alternativa, y viviste a mi lado tantos años, hoy solo queda decirte que sin duda luchare la vida entera para no me hagas más daño. No me importa si estás enfermo y hoy más débil, tu soledad buscaste y la conseguiste nadie como tú termina altivo y fuerte, cuando tiene ciego el alma y el corazón. Lamento que hoy mis palabras te lastimen, la verdad han sido años intentando ser la mejor, me canse de tu inconformidad sublime, yo no quiero ser la mejor quiero ser libre, libre de tus mensajes y tus manipulación.

Sin embargo hoy querido amigo a pesar de mi rabia y mi dolor, no te deseo la muerte, ni tu enfermedad, no deseo que te valla mal, no deseo que te traten mal, deseo que tu corazón calme y consiga paz. Para que algún día bajes la frente y entiendas que ningún disfraz dura para siempre y ese día estaré dispuesto a perdonarte cuando cerca de mi vengas a disculparte.

viernes, 5 de agosto de 2011

Había una vez

La verdad la gente hace lo que le da la gana, me pregunto por qué me afecta tanto eso, si al final de alguna forma yo también hago lo que me da la gana, realmente yo misma he decidido vivir por otros y luego me quejo que nadie viva por mí. ¿ cómo se podría vivir por alguien que ni se da el tiempo de vivir por ella?

Absurdo desatenderme tanto,¿ como paso?¿ En qué momento?¿ Como me convertí en esta persona que se olvido de ella misma?, no lo sé, será que en algún momento de mi vida sentí tanto pero tanto dolor, de esos dolores que no son irremediables de esos dolores que sientes que no van acabar nunca; Y en ese momento justo en ese momento, me encerré en el closet y me deje guardada, era más fácil así.

Que ingenua que niña tan ingenua era, claro fue más fácil, así me fui ocupando de todo, mis padres y sus problemas, mis hermanos y su necesidades, de mis amigas en el colegio, hasta invente mil historias para no ver la mía, para olvidarme de aquel pedacito de mi que deje en el closet, quien lo diría no era tan pedacito.

Crecí y me distraje de que ella estaba allí, siempre sintiendo que me faltaba algo, me hice la loca y que habilidad tan grande tengo para hacerme la loca; así fue que crecí y me busque una profesión que realmente tenía que ver con el camino que había escogido , ocuparme de la gente y no solo me resulto un medio , un fabuloso escape, si no también me resulto útil. Sin embargo en esta historia siempre me sentí rodeada de gente egoísta, mis padres, mis amigos, mis hermano, mi novios (realmente la egoísta era yo conmigo). Me sentí muy poco llena, muy poco amada, hueca por todos lados, o como le suelo decir a mis pacientes descompensada y definitivamente olvidada, que olvidada me sentí.

Una noche una de esas noches en las que lloraba (una de esas noches frecuentes), recordé aquel día y aquella niña y ese dolor agudo se hizo mucho más agudo, y me pare apresurada a buscarla en el closet y me di cuenta que entre mis olvidos ,ya ni siquiera ese era el closet, ya ni siquiera era la casa. ¿ me pregunte todavía seguirá siendo niña? ¿Seguirá allí? Me sentí tan pero tan asustada de no poderla encontrar nunca, me reclame tanto haberla dejado abandonada, sentí una inmensa rabia, como me había olvidado de ella, ¿como había seguido sin ella?, me imagine mil técnicas de rescate, busque mil forma para encontrarla, pero ya soy adulta, cuando la abandone a ella abandone mi creatividad, mi imaginación, quizás hasta quizás mi propia perseverancia.

Pero esta vez no quería rendirme, no podía dejar pasar más tiempo, había pasado mucho desde entonces, algo de ella tenía que haber quedado, estoy seguro que ella también me extrañaría a mí, sin saber cómo empezar, empecé por lo más simple, empecé por escuchar mi corazón, casi todo lo que oía era un caos, pero algunas cosas eran muy ciertas otras no tanto, era muy duro escuchar tanta rabia, tanto dolor y tanta queja, sin embargo sabia que muy adentro de eso estaba el camino para recuperla, intente silenciar tanto ruido a ver si escuchaba algo mas y allí en el fondo estaba ella, con su vos pequeña con su vos débil diciendo, que seguía allí. Quise correr a buscarla pero su misma vos me dijo que tomara las cosas con un poco de calma, que nos encontraríamos en el camino, que ya no corriera mas.

Con el paso de los días me di cuenta que nuestros diálogos eran más cercanos, conversábamos de los príncipes, de las princesas olvidadas en castillos, del amor, de las renuncias, de los carruseles, de que los nuevos juguetes que definitivamente no son mejores que los viejos, conversamos de los amigos que se fueron en el camino, de las mudanzas, hasta le conté de mis amores, de mis equivocaciones y de mis vicios, ella escucho solo escucho¡ todas las noches antes de dormir le pedía que no se alejara que me diera la mano, que mañana regresara y ella me prometía volver y lo hizo cada mañana, jamás vi rencor en sus ojos, jamás vi que esperaba una disculpa, jamás espero nada de mi solo que estuviese con ella.

Sin embargo un día sentí que debía hacerlo, ella decidió escuchar esa conversación que sin duda no había esperado, le dije que en aquel momento el dolor había sido tan aturdidor, tan fuerte tan duro, que sus gritos y sus miedos fueron tan grandes que me llene de miedo y de rabia y la puse en ese lugar, desde entonces sentí que algo muy grande me faltaba, tarde muy tarde comprendí que me faltaba ella, la escuche llorar y yo llore con ella, lamente haberlo hecho, que mi costo fue muy alto y muy duro pero que sabia que ella merecía un hermoso lugar le pedí tanto perdón y mi llanto fue tan desconsolado, que me abrazo con sus pequeños brazos y me dio la calma que necesitaba.