La felicidad

Cuando me preguntan si soy feliz, suelo decir que no, que no sé serlo, por culpa de mi enorme capacidad de ahogarme en un vaso de agua, de perderme en noches demasiado oscuras, en tormentas demasiado largas. En amores demasiados egoistas. De sueños sin pisos reales.
Que sé disfrutar de momentos aislados, de instantes fugaces brillantes en los que siento que tengo alas y que el cielo es mi territorio, pero que no sé alargar esos momentos, no sé hacer que la sensación permanezca y me cuesta sentirme bien más que a corto plazo. Que tampoco se si de verdad quiero ser feliz para siempre.

No se si eso exista o si alguien de verdad lo desea.

Se que son los momentos amargos los que me hacen hoy reconocer una gran sonrisa, una amistad la mano de alguien.
Ahora mismo tengo alguna laguna en mi vida grande-grande. Sigo siendo incapaz de enfrentarme a asuntos que retraso pero que inevitablemente tendré que afrontar antes o después , y eso supone una dura batalla por delante, y mientras la batalla tiene lugar, un hueco que me recuerda que no estoy siendo lo útil que debería, que desperdicio demasiado tiempo, que no hago lo que debo... y no puedo sentirme satisfecha con esa sensación peleándose camino dentro de mí. Que pienso mucho y en algunas oportunidades actuo muy poco, siento que soy pricionera de mi pasado y de mi cabeza. que dejo para despues hacer y cuando llega el momento no tengo aliento para darle cara.

Llegaste a mi, fácil como eres, me hiciste tuya, te adueñaste de mi y no me permitiste dormir mas.
Te sentí como nadie, por mi nariz (con mucho dolor), por mi cabeza (sin pensar en mas nada), por mi cuerpo (dejándolo paralizado), me convertiste en otra, en la que no soy en la que no podré ser sin ti.
Lograste que no pensara, la agonía tú y yo nos convertimos en la misma esencia y sin poder mirar atrás sin poder mirar hacia delante. Quizás destruiste todo en mi. La compulsión fue mayor cada momento, mi mente pedía más, mas, más de ti y mi cuerpo podía menos cada momento.

Desperte

Me desperté en la madrugada, me senté a mirarte, sentí mi cama vacía con tu presencia a mi lado. No pude decir nada, nunca lo hice, hablo mas mi cuerpo que mi boca, camine lentamente al balcón, sentí el viento en mis manos y me lance, me lance buscando respuesta en el vacío, buscando palabras en el viento.. Buscándote a ti en el aire, quizás en el golpe, quizás en la muerte. No encontré nada solo dolor, el mismo que sentía justo en mi cama.

Hay palabras que se vierten cuando el Vaso esta lleno cuando no cabe más, cuando los ánimos de brindar se acabaron, cuando se derrama, Palabras que no te atreves a decir, que nadie quiere oír, palabras vacías, palabras gritadas que no dicen nada solo hacen ruido. Gritos en silencio que no dicen nada que no llegan a nadie que dan soledad.

Nuevo Año

Las personas esperan encontrar algo nuevo en estos días.
Realmente que hay nuevo? que hay para comenzar ? Si la vida sigue siendo relativamente lo mismo, las misma promesas, los mismo deseos el mismo mundo igual sin mucho que dar sin mucho que poner en el ( pareciera que todo estuviera puesto) ….
Las cosas cambian poco, o no cambian, somos esclavo de lo que somos no de lo que podemos ser, no somos libres nada y buscamos de manera equivoca nuestra libertad. Vivimos en presión a nuestras mentiras o a nuestras verdades relativas, olvidamos vivir sin apegos sin ataduras, sin vicios sin drogas.
Nada cambia este año estará lleno de las mismas desgracias de las mismas tragedias, de las mismas carencia humanas.